La sanción, busca explícitamente acabar de facto, con la brillante carrera política de un hombre.
Por: Favio Paz
Lo lesivo, no es el fallo de la Corte Constitucional, al ratificar lo preceptuado por el legislativo en la ley 617 respecto a las inhabilidades fiscales derivadas por la comisión de conductas punibles en los servidores públicos.
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Lo perverso, leonino y lesivo; es la sanción fiscal impuesta por el contralor de Bogotá a Gustavo Petro, que evidentemente no busca una sanción por el aparente detrimento al patrimonio público al fijar subsidios en el transporte público de Bogotá; sino, que lo oneroso y exagerado de la sanción busca afectar los derechos políticos del ex alcalde capitalino, al fijar un valor casi impagable (1/4 de billón de pesos)
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Gustavo Petro, no se apropió del dinero de los bogotanos, en comparación con otros servidores a quienes se les ha comprobado ese delito, y cuyas sanciones fiscales no guardan relación alguna con lo grave de la falta cometida respecto a la condena impuesta por el contralor para Gustavo Petro.
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La sanción, es evidente que no busca resarcir el supuesto daño causado al patrimonio de la ciudad capital; la sanción, busca explícitamente acabar de facto, con la brillante carrera política de un hombre que le ha servido con altura y decoro al pueblo colombiano.
Nuestra solidaridad total con Gustavo Petro. ¡Así no se puede!